Cada día, trabajamos incansablemente para proteger los derechos de los niños y las familias que enfrentan obstáculos legales y sociales. Nos preocupan las demoras en los procesos judiciales, que directamente afectan y vulneran a los menores, así como la derivación de estos a instituciones que, lejos de protegerlos, los exponen a un mayor daño. En un contexto donde la lentitud de los procesos judiciales y la complicidad de ciertos profesionales con los obstructores de vínculos son una realidad, nos comprometemos a seguir luchando por una justicia más rápida, equitativa y sensible a las necesidades de los niños y las familias afectadas.